Gacetilla de Prensa: La candidata a legisladora de Cambia Río Negro, Daniela Agostino, manifestó hoy que «en la provincia la sociedad está a la intemperie, producto de que el gobierno de Juntos Somos Río Negro no puede garantizar los servicios básicos e indelegables del Estado y la gobernadora, se dedica a relatar todo y cada uno de los problemas y los conflictos existentes, como sí sucedieran en otra galaxia».

«Los Estados tienen como funciones indelegables la Educación, la Salud y la
Seguridad. En Río Negro, no en este año electoral sino desde antes, ninguna de las tres funciones básicas se garantiza plenamente y sí existe un grado de posibilidad de acceder a alguna de las tres, es porque los trabajadores y las trabajadoras ponen todo su empeño en realizar sus tareas y se dedican con pasión a sus trabajos, más allá de las bajas remuneraciones salariales carcomidas diariamente por la inflación», planteó la candidata a legisladora.

Para Daniela Agostino, «el modelo de gestión que hizo eclosión este año en Río Negro, con gran parte de la planta estatal de trabajadores y trabajadoras protestando contra la política salarial, las condiciones de trabajo indignas y el destrato del gobierno, es el que se inició en 2012 con Alberto Weretilneck, que ahora es nuevamente candidato a gobernador y predice que los conflictos desaparecerán después de las elecciones del domingo 16 de abril».

«La verdad que debo reconocer que todavía no he perdido la capacidad de asombro cuando escucho a la gobernadora, referirse a los conflictos y graves problemas de Río Negro, en pose de relatora de un partido de fútbol y echándole la culpa de todo lo que sucede a los demás, y lo mismo hace el candidato Weretilnek «, sostuvo la también ex legisladora.

Para finalizar, Daniela Agostino opinó que «Juntos Somos Río Negro maltrata a los trabajadores y las trabajadoras estatales -a los de Salud y a los de la Policía ni siquiera los reconocen como tales en tanto colectivo con derechos-, y al mismo tiempo a toda la sociedad rionegrina, que se ve afectada por una soberbia que afecta a una dirigencia política que se cree que el Estado les pertenece y lo manejan como si fuera una cooperativa»