Viedma: Mañana, el Consejo de la Magistratura suspendería al camarista Juan Bernardi por su imputación en las causas de corrupción de menores.

La opinión de parte de los miembros del Consejo se inclinan por una suspensión preventiva aunque, inicialmente, se espera la postura del representante de la Cámara Penal, el camarista Marcelo Chironi.

Por sólo seis meses se pudo mantener en silencio. En setiembre del año pasado la madre de una jovencita de menos de 18 alertó a la Justicia sobre un presunto hecho de corrupción de menores. Allí comenzó el camino de la investigación, teniendo en cuenta que quienes lo cometen lo hacen en la oscuridad, sin testigos y que las víctimas no entienden que lo son. Dará asco pero también es insoportable la desprotección, las manos vacías, pocas esperanzas, ni siquiera lo mínimo del resto y hasta a veces ni familia. Y como todo joven -los mínimos deseos para un adulto- como zapatillas de moda, el jeans, el celu suele ser lo más importante o lo más parecido a tener lo mismo que los demás sin que el costo mueva la balanza.

Bajo un total hermetismo como el que se pretende seguir manteniendo se trabajó en este medio año hasta que en febrero pasado un nuevo testimonio sumó más datos y personas presuntamente involucradas, generando que se desprendiera una segunda causa que poco tardó en generar rumores y llegar a los medios, sin que hasta el momento se conozcan oficialmente los detalles.

El camarista penal Juan Bernardi fue el primero y el único en salir a los medios con un comunicado de prensa en el que se desvinculó de los hechos pero confirmó uno de los nombres que formaban parte de los rumores. Sin duda el de mayor repercusión por la función y el lugar que ocupa.

La corta semana pasada estuvo dedicada a escuchar testimonios, dos a través de Cámaras Gesell y varios adultos. Esta que se inicia y que también tendrá pocos días hábiles continuará de la misma manera con la suma de pericias psicológicas como se realizan en investigaciones de estas características. La defensa de Bernardi fue notificada de esa práctica que para el juez sería realizada en Cipolletti a los efectos de desvincular la frecuencia de trato que han mantenido con él en todos estos años los técnicos del Cuerpo Médico Forense de Viedma.

Según se supo faltan por lo menos tres testimonios de menores de edad presuntamente víctimas de los hechos que son motivo de investigación. Todas se encuentran protegidas en el marco de lo que establece la Ley y en una estrecha colaboración del ministerio de Seguridad con la Justicia en ese sentido, además de la atención y contención que corresponde desde la cartera de Desarrollo Social.

De los testimonios de esta semana sólo trascendió lo que difundió el defensor de Bernardi. Manuel Maza señaló que una chica recordó que una noche fue a comer un asado a la casa del juez camino al Cóndor junto con otras personas y Julio Antueque, el cuidador de esa vivienda y también imputado en esta causa. Agregó que el juez los pasó a buscar por la zona de la terminal y que luego los regresó, aclarando que «no hubo sexo». Para la defensa este testimonio juega a favor del juez interpretándose con ello que ni siquiera alcanzaría para llamarlo a declarar en calidad de indagado. En tanto para los que investigan no deja de ser una irregularidad para un magistrado mientras se esperan más pruebas.